Caracas..

Caracas..
Ciudad de locos corazones..

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Reflexiones Varias..

“Es esta maldita mentalidad inmovilista que tienen los pueblos castellanohablantes la que los mantiene sumidos eternamente en la pobreza. Con un panorama así no queda más remedio que hacer las maletas y emigrar.”

Éste dictamen Fue hecho por mi buen amigo, Josué Ferrer (Por cierto, valga la cuña, periodista y autor de “¿Por qué dejé de ser ateo?”, un libro que les recomiendo altamente, a todos los que por diferentes causas han perdido su fe, o que piensan que creer en Dios es una cuestión de ignorantes) algunos artículos atrás, al comentar una de las entradas hechas en referencia a las lluvias que han azotado a Venezuela en los últimos meses… lo interesante es que él vive en un País desarrollado, y como él mismo lo ha comentado antes en su página,  “En Europa se vive muy cómodamente.”

¿Qué queda entonces, para los que vivimos de éste lado del mundo?

El venezolano promedio debe invertir el 50% de sus magros ingresos, solo en alimentos. Sin posibilidad de ahorro, ni capacidad de inversión, azotados por el hampa, la pobreza cultural y la falta de información. Somos vulnerables, debido a nuestra ignorancia histórica, a cualquier clase de manipulación política, de ideologización (Tanto oficialista como opositora, éstos últimos tan sucios y carroñeros como los primeros, ya no me creo los cuentos de nadie). 

La conciencia de muchos está a la venta, algunos venezolanos se venden, barato a demás, por un simple cargo político o público, esa actitud de “Ponme donde hay real, que yo me las arreglo” (Dame un cargo donde yo pueda robar lo que sea, yo ahí me conformo) y nuestra cultura “del más vivo”, somos víctimas de nuestra incapacidad para ser fieles a nuestras propias convicciones, yo me incluyo en esto, como buena venezolana a veces uno debe luchar con “el vivo” que hay dentro de uno,  y tengo que controlar de manera consciente, la cultura que he recibido. Así somos, nos han enseñado a demás que es “bueno” ser así.   

¿Son todos los venezolanos de esta manera: tramposos y corruptos?
No, de ninguna manera, somos muchas las personas en los barrios (Me incluyo, yo misma vivo en un barrio, donde después de las ocho de la noche hay que agarrar taxi, si quieres llegar vestido a la casa), que con nuestra humildad buscamos la manera de ser productivos, en medio de los problemas buscamos la forma de sustentarnos y a nuestra familia.

Los venezolanos debemos levantarnos MUY temprano para buscar el pan, pues nuestra vialidad es decadente, y fue hecha para una Venezuela de hace 50 años, de modo que invertimos cuatro horas de sueño en “hacer la cola”, debemos, a demás, hacer muchos sacrificios, tenemos escasez de productos básicos la mayor parte del año, son pocas las diversiones sanas y económicas a las que tenemos acceso, debido a la inseguridad de la que sufrimos, El 80% de los venezolanos sigue siendo pobre, (igual que hace 15 años, igual que hace 100 años, igual que en la época de Simón Bolívar). Aun así mi gente es buena de corazón, capaz de “echarte una mano” (Ayudarte) sin importar que ellos mismos tengan necesidades, tenemos esta hospitalidad por razones culturales “Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara”, “El mundo da muchas vueltas”, “Hoy por ti, mañana por mi”.

Los venezolanos somos un bravo pueblo, que no se dude ni se olvide el “Gloria al bravo pueblo”, fuimos los primeros en patear al Yugo español, y no nos quedamos sentados en esa victoria, sino que ayudamos a nuestras naciones hermanas a patearlos también, gente de fe, gente con corazón sensible, apacibles y llenos de amor, sin pretensiones desestabilizadoras ni guerrilleras (Siempre hay grupitos extremistas, pero no han conseguido apoyo en el corazón noble de los ciudadanos, que a pesar de las angustias sigue siendo solidario con el prójimo) aun así, existen venezolanos  vulnerables, por su misma necesidad e ignorancia histórica, a convertirse en parte del problema, por buscar solución a su propio mal estar.


Emigrar..

Se dice fácil..

Yo misma he fantaseado mil veces con esa posibilidad, no lo negaré, y aun lo hago, pero con más pies en la tierra que hace unos años. Hay que pensarlo muy bien, me refiero con “pensarlo bien” a esa planificación e investigación que debes hacer, para enfrentarte con pié de plomo, ante las posibilidades (positivas o negativas) que suponen abandonar cualquier comodidad o estabilidad que tengas en tu propio país, y lanzarte a “lo desconocido”. Cuando una persona emigra, pierde absolutamente todo lo que conoce: su familia, sus amigos, su trabajo, su comida, su música, sus olores, sus sabores, sus costumbres, los sonidos de su ciudad y hasta sus horarios, son todos intercambiados por lo desconocido..

Hacer eso lleno de necesidad y miedo (Esta es, usualmente la forma en que las personas emigran, puesto que la misma es siempre la última posibilidad y nunca la primera) solo tendrá éxito si la persona no tiene ninguna intención de volver, si la persona se va de su tierra pensando “Si me va mal me regreso” CON SEGURIDAD SE REGRESARÁ, de eso no hay duda..

Hay que meditarlo muy bien, planificarse: donde te vas a quedar a vivir, con cuanto dinero puedes subsistir, el costo de la vida, la inflación, el sueldo promedio, en donde y cómo vas a trabajar, la facilidad con la que conseguirás empleo, la legalidad (o al ilegalidad) en la que te encontrarás, y las posibilidades que tienes, (tomando en cuenta, lo que tus papeles te permiten), la similitud de tus costumbres, la cultura de la gente, su clima, y muy importante evitar a toda costa que la soledad te traicione, y tomes tus maletas llenas del fracaso, para regresar al país del cual corriste, (donde todo es tibio, manso y mamá te espera con unas arepitas calientes, porque la soledad hace que uno recuerde las cosas de manera más positiva a como realmente eran, y en medio de ella se te comienza a olvidar los motivos por los cuales te habías ido en un principio…)

Todo tiene un peso a la hora de partir de la tierra, pero lo mas importante es tener la absoluta convicción de que pase lo que pase, fuera de tus fronteras siempre será mejor que dentro de ellas… Y para tener esa convicción debes haber perdido TODA ESPERANZA. Emigrar no es algo sencillo.


3 comentarios:

  1. Los castellanoparlantes, salvo excepciones, no quieren aprender idiomas, no quieren adaptarse a nuevos modelos económicos, no quieren saber nada de la ciencia y la tecnología y en definitiva huyen de cualquier clase de innovación. Lo suyo es el inmovilismo, la parálisis, el quedarse estancado mientras los demás siguen avanzando. Esta mentalidad castellana trae miseria, hambre y desolación. A mayor dosis de castellanismo, mayor dosis de pobreza. Es una regla de tres que no falla. Es una de las principales razones por las que soy independentista y quiero separarme de España.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por citarme. Ha sido una grata sorpresa. Pero no lo hagas muy a menudo o me creeré alguien importante XD.

    ResponderEliminar
  3. Entiendo tu punto Josué, y puedo compartir esa teoría de la posición inmovilista hasta cierto momento, es esa actitud inmovilita la que hace que los venezolanos, por ejemplo, no se determinen a trabajar duramente por alcanzar un objetivo, sino que se conformen con tener “el diario”, pero debo también informarte que Venezuela (y latinoamerica en general) cuenta con personas altamente capacitadas, que dominan al menos dos idiomas, y que no solo son simplemente licenciados, sino personas que tienen postgrados, y altas potencialidades gerenciales, debido a la competencia laboral, las personas se ven obligadas a ser mejores, el asunto no es la fobia a la tecnología (Venezolano que se precie ADORA toda clase de tecnología) sino que no tienen, en la mayoría de los casos, campos donde desarrollarse profesionalmente.
    Con respecto a la regla de tres.. Es un poco absolutista, en mi opinión, pero respeto todos tus puntos de vista.
    Gracias siempre por comentar, y gracias porque tus reflexiones forman parte importante de bagaje de conocimiento que requerimos para funcionar como comunidad.
    Un abrazo fuerte!

    ResponderEliminar

-Evite el uso de mayúsculas prolongadamente.
-Evite los agravios a los démás lectores
-Siéntase cómodo en decir lo que piensa y siente.