Caracas..

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Ciudad de locos corazones..

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El diagnóstico Mortal

Ayer salí de la universidad, con la actitud despavorida del que vive en la ciudad del crimen, cuando de pronto visualicé una espalda familiar que caminaba adelante, me dije a mi misma “Ese es Juan Cova”, caminé a su lado y él volteó, como todo caraqueño,- tranquilo pero con las pilas puestas, uno nunca sabe- y me dijo lo mismo de siempre “Cachazo!!, como está colega?”.

Me comentó que había entrado a mi blog, con tono entusiasta. Cova me da la impresión de ser ese tipo de personas que espera y valora toda actitud de innovación, todo síntoma de aquel que puede sobresalir, brillar, y es un tipo que vive en un edificio mental sin techo, una persona que le construye anexos a esa quinta intelectual todos los días, y que no le cree a los que dicen que hay un límite en la vida. Mi amigo Cova confía firmemente en las posibilidades del ser humano.

“Me acordé – Continuó conversando – del caso de la blogguera cubana, no recuerdo ahora mismo su nombre, pero es una disidente que vive en Cuba, se ha ganado unos premios, y ha publicado un libro” – y yo pensé “¿Desde Cuba? Esa mujer debe ser un batazo de persona”.

En la mañana de hoy busqué en Google, y sin mayores problemas conseguí la “Generación Y”, el nombre de su autora es Yoani Sanchez.

Había una publicación reciente titulada algo así como “El amigo pródigo”, no fue su contenido lo que captó mi atención, a fin de cuentas era simplemente mi vistazo inicial, sino uno de los comentarios de los lectores: “En Venezuela se construye el Socialismo del siglo XXI con el desastre del siglo XX, si yo fuera venezolano estaría construyendo una balsa”.

Se me hicieron agua los ojos cuando leí eso, yo no se como pueda usted, que lee, tomar esta anécdota personal que comparto, pero para mi, fue como haber recibido el diagnóstico mortal, hecho por un experto en la materia.

Los venezolanos estamos sumidos en una especie de letargo político y social, una forma de conformismo, de desidia, yo no se ni como explicarla, porque yo misma, que mantenía una lucha encarnizada contra la “ceguera” de la gente que me rodeaba, he perdido las fuerzas de luchar, pero esto, de alguna manera, ha comenzado a revivir esa desesperación, por ver lo que nos pasa.

Como si poco no fuera, continué leyendo y leyendo, hasta que me topé con éste artículo, su autora es la Licenciada Yoani Sanchez, desde la Habana Cuba.


¡Tienes que entregar tu pasaporte! le dijeron al llegar a Caracas, para evitar que alcanzara la frontera y desertara. En el mismo aeropuerto le leyeron la cartilla: “No puedes decir que eres cubano, no debes caminar por las calles con ropa de médico y es mejor evitar interactuar con los venezolanos”. Días después comprendió que la suya era una misión política, pues más que remediar las dolencias de algún corazón o la infección de unos pulmones, debía examinar conciencias, comprobar intenciones de voto.
En Venezuela conoció también la corrupción de algunos que dirigen el proyecto Barrio Adentro. Los “vivos” de aquí, convertidos en “malandros” allá, acaparando poder, influencias, dinero, e incluso presionando a doctoras y a enfermeras que viajan solas para que se conviertan en sus concubinas. Lo ubicaron junto a seis colegas en una apretada habitación y le advirtieron que si morían –víctimas de la violencia que hay afuera– serían dados como desertores. Pero no se deprimió. En fin de cuentas, él tiene sólo 28 años y es la primera vez que puede escapar de la protección paterna, la abulia de su barrio y las penurias del hospital donde trabaja.
Un mes después de arribar, le entregaron una cédula de identidad advirtiéndole que con ella ya puede votar en los próximos comicios. En una reunión relámpago alguien habló sobre el duro golpe que sería para Cuba la pérdida de tan importante aliado en Latinoamérica. “Ustedes son soldados de la patria” les gritaron al final y como tales “deben garantizar que la marea roja se imponga en las urnas”.
Ya pasó el tiempo en que creía que iba a salvar vidas o a aliviar el dolor. Sólo quiere volver, retornar a la protección de su familia, contarles a sus amigos la verdad, pero no puede por ahora. Antes, debe hacer la cola del colegio electoral, dejar su cuota de apoyo al PSUV, pegar en una pantalla el pulgar en señal de asentimiento. Cuenta los días hasta el último domingo de septiembre, cree que después de eso lo dejarán regresar.

2 comentarios:

  1. “En Venezuela se construye el Socialismo del siglo XXI con el desastre del siglo XX, si yo fuera venezolano estaría construyendo una balsa”.

    Yo estoy plenamente de acuerdo. Chávez ha instaurado una dictadura neocomunista disfrazada de democracia. Ojalá me equivoque pero Chávez ha llegado al poder para quedarse. Él no tiene el típico perfil de presidente que está uno o dos mandatos y se larga. No, él quiere emular a Fidel pero con una farsa de elecciones cada ¿es siete? años. Ya te digo que ojalá me equivoque, el futuro no está escrito y cualquier cosa puede pasar, pero hoy por hoy lo veo muy crudo.

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  2. El problema en Venezuela es profundo, mucho más profundo que el periodo de sus elecciones presdenciales, que es, por cierto de 6 años, en Venezuela hemos tenido elecciones prácticamente de manera anual, durante todos los periodos presidenciales del oficialismo, que suman hasta la fecha casi doce años consecutivos. Yo tenía 13 años cuando Chavez ocupó a Miraflores.
    Tendría que hacer un artículo dedicado exclusivamente a la problemática venezolana desde mi punto de vista, y tendría que publicarlo por partes –Debido a que es social, económica, política, moral, religiosa, psicológica, y un largo etcétera- … creo que evaluaré profundamente esa posibilidad.
    Gracias por leer J.
    1 Abrazo

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